La policía de Berlín informó que abrió una investigación a Roger Waters por posible incitación nazi debido al vestuario que el cofundador de Pink Floyd usó durante un concierto en la capital alemana la semana pasada.
Las imágenes que circularon en redes sociales mostraron a Waters vistiendo un abrigo largo negro con un brazalete rojo, disparando una ametralladora de imitación. La policía confirmó el viernes que se abrió una investigación por sospechas de que el contexto del disfraz podría constituir una glorificación, justificación o aprobación del gobierno nazi y, por lo tanto, una perturbación de la paz pública.
Una vez que concluya la investigación policial, el caso se entregará a los fiscales de Berlín, quienes decidirán si presentan cargos.
Waters rechazó las acusaciones en un comunicado el sábado por la mañana en Facebook e Instagram. Aseguró que “los elementos de mi actuación que han sido cuestionados son claramente una declaración en oposición al fascismo, la injusticia y la intolerancia en todas sus formas”.
“Los intentos de retratar esos elementos como algo más son falsos y políticamente motivados”, agregó.
Waters también ha sido cuestionado por su apoyo al movimiento BDS, que pide boicots y sanciones contra Israel. El artista ha rechazado las acusaciones de supuesto antisemitismo.
Las autoridades de Fráncfort intentaron impedir un concierto en esa ciudad alemana programado para el 28 de mayo, pero Waters impugnó esos planes con éxito en un tribunal local. En Múnich, el ayuntamiento dijo que había explorado las posibilidades de prohibir un concierto ahí, pero concluyó que no era legalmente posible cancelar un contrato con el organizador. Su aparición allí el domingo estuvo acompañada de una protesta a la que asistió el líder de la comunidad judía local.
El año pasado, la ciudad polaca de Cracovia canceló los conciertos de Waters debido a su postura de simpatía hacia Rusia en su guerra contra Ucrania.